miércoles, 20 de febrero de 2013

Iguales

Antaño, se trataba al "superior" (el médico, el juez, el político) con el debido respeto y se trataba al "inferior" (el obrero, el campesino, la mujer) con impasible desprecio. Hoy, hemos acabado con el problema: tratamos al juez como antaño al tabernero; al arzobispo, como al hereje; a la profesora, como a la fulana. El igualitarismo no nos ha elevado hasta el mutuo respeto: nos ha hecho a todos, al fin, iguales en el desprecio.  

5 comentarios:

Maribel Calvillo dijo...

Yo siempre aplico eso de: "trata a tu igual como él te trata a ti". Sea "superior" (¬¬) a mi o no.

Un saludo sevillano. ;)

Anónimo dijo...

Síndrome de plebeyismo: el principio de igualdad (tratar al igual como igual y al desigual como desigual) se conculca por dos vías: tratando al igual como desigual y al desigual como igual; el síndrome del plebeyismo consiste en aterrarse porque se trata al igual como superior, pero en no inmutarse y de hecho aceptar con una sonrisa, que se trate al inferior como igual o al superior como igual; los tiempos que van y la coherencia a la caída.

Francisco Sianes dijo...

Sí, Anónimo, eso decía Ortega hace ya casi un siglo. Y no parece que la cosa haya ido a mejor.

Bienvenido.

***

Maribel, yo busco el trato con personas que, en cualquier sentido, sean superiores a mí. Qué gusto tenerlas como referencia y tratar de ponerme a su altura...

;)

Cristina Chacón dijo...

Es cierto que la situación en la que vivimos ha fomentado ese desprecio del que hablas, quizás la base de este igualitarismo es la erradicación de la cultura, la cual ha llevado a exterminar cualquier tipo de admiración y por lo tanto de progresión del hombre y su deshumanización.

Como siempre es un placer leerte aunque con los años se te suman los eufemismos.

Francisco Sianes dijo...

¡Cuánto tiempo, Cristina!

A ver si me escribes un día, tomamos un café y nos ponemos al día.